Al Zamaia sin percances.

El día invitaba a hacer algo mas que la típica subida al Pagasarri, la duda estaba si bajar al merendero del Oro o tentar a la suerte y volver a la ruta del Zamaia, maldita para nuestro grupo.

Ayer me tuve que emplear a fondo para arrancar a la tropa que nos habíamos juntado en la plaza, si es que nos ponemos a hablar y contarnos batallitas y nos dan las tantas. Aunque nos juntamos un grupo numeroso se noto la ausencia de dos que no suelen fallar, Txetxu y Francis ………raro, raro.

Pues lo dicho, subimos por la pista central de bentakorreka donde después de reagruparnos nos dirigimos hasta el cruce que nos lleva hasta la pista que sube de Alonsotegui, en este punto parte del grupo decide ir directos al refugio del Pagasarri, unos para que no se les haga tarde y otros para no darse una paliza ya que al final nos saldrán unos 42 kilómetros. Seguimos nuestro camino, al poco nos encontramos con un grupo de cazadores, se nos acerca uno y nos dice “tened cuidado, hay un jabalí por la zona y esta herido”, todo esto nos lo dice con un leño humeante en la mano victima del hamarretako que se acaban de pegar, lo cierto es que credibilidad le dimos poca, pero sirvió para algún que otro comentario irónico/chistecillo.

Una vez nos desviamos del camino principal seguimos por la pista hasta salir del bosque y la pista de helechos, justo donde se realiza el giro de 180º dirección Zamaia las vistas son espectaculares, paramos a comer un poco y a sacarnos unas fotitos.

Tras este breve kit-kat continuamos, la marcha la encabezo yo, tengo que quitarme el mal rollo de la caída de este verano, sin problemas avanzamos hasta la siguiente arboleda donde nos esperan unas rampitas que nos ponen la patata en su sitio, seguimos hasta la grieta del Zamaia, aquí nos espera el rampon de la jornada con su pedregal técnico, resultado, todo el grupo entrenamos la técnica del empujabike, ya no me acordaba pero tras la rampita de marras toca subir por una campa con un desnivel de la leche, las ruedas se agarran como si tuviesen uñas, que duro es pedalear en esta superficie, tras estos pequeños accidentes del terreno toca bajar, en fila india y sin hacer cosas raras nos presentamos en el cruce de Gongenda y de este de nuevo al camino de Alonsotegui donde desandamos lo andado para ir al refugio por la pista de la fuente de Tarin.

Una vez en el Refugio, unos bajan directos mientras el resto tras comer algo decidimos bajar por la pista que da a la campa de Txus, por la pista principal sube demasiada gente y preferimos evitar aglomeraciones y disfrutar del descenso, el resto supongo que os lo imagináis, bajada por Goriko y para casa.

Día perfecto para disfrutar de la bici y la montaña, esperemos tener mas días así este invierno, nos vemos el domingo.

Salu2

El mendikletilla