Hace mucho tiempo que Edorta llevaba intentando arrastrarnos
hasta Oñati para hacer esta ruta, lo cierto es que le ha costado casi un año,
gracias por ser tan insistente ya que una vez hecha y después de disfrutar la
belleza que encierra no me habría perdonado el haber faltado a la cita.
Para haceros una idea de la ruta hay que hacer un reset a
todo lo que hemos hecho hasta la fecha, no hay ninguna ruta en los cuatro años
que llevo con los Mendikletas que se le parezca. Pensad en un inmenso bosque de
hayas, en el un sendero de mas de 9 kilómetros a media altura sin desnivel, ese
es el verdadero encanto de esta ruta, atrás queda el rodar rápido o el hacer un
descenso vertiginoso por una pista o trialera.
El paisaje es absolutamente impactante aunque no lo pudimos
disfrutar en toda su amplitud, una espesa niebla nos acompaño durante todo el
recorrido, la próxima vez espero que tengamos más suerte.
Hasta llegar donde
comienza el terreno la verdad es como cualquiera de nuestras rutas, su tramo de
carretera con zonas con importantes porcentajes y la pista muy parecida a lo
que tenemos en el Vivero. Hasta la primera parada cada uno pone su ritmo y como
no Antonio y Francis a su bola nos van sacando distancia. Tras la foto de rigor
comenzamos la aventura, una especie de Oñati Trophy donde cada curva, cada
metro del camino es una incógnita. El sendero tiene su aquel, tramos estrechos
donde unas veces lo ves claro y los pasas montado y otras que a la más minima
duda lo haces a pata, normal, la visión de un talud a nuestra derecha hace que
nos venga a la mente aquella famosa frase “el cementerio esta lleno de
valientes” y es que en la bici tan malo es el exceso de confianza como la duda.
Es increíble la cantidad de humedad de la zona, en los
tramos donde se acumulan las hojas se forma un fango en algunos casos
maloliente que nos obliga a desmontar y
atravesarlo a pata. Hoy aparte de la del empujabike hemos utilizado una nueva
técnica, patinbike como los chiquillos con la famosa moto de plástico.
Tras el sendero decidimos no hacer cumbre y comenzar el
descenso, por delante va Edorta oteando el horizonte en busca de un rincón mágico
de la zona, podríamos denominarlo como el hermano mayor del “Ojo de Atxular”,
la naturaleza no deja de sorprendernos.
Poco después de reanudar el descenso tenemos que hacer un
pitstop para que Edorta repare un pinchazo, tras arreglarlo y cuando vamos a
reanudar la ruta José Mari nos da el alto, también ha pinchado. Bajando,
bajando llegamos hasta unos caseríos, seguimos la carretera y tras un pequeño
tramos la abandonamos para coger el ultimo sendero del día, este trascurre
paralelo a un canal de agua, por supuesto el sendero es estrecho y en algunos
tramos toca echar pie a tierra. En uno de los tramos el muro del canal coge mas
altura y decido bajarme de la bici, tengo todavía en mente el chapuzón que me
di hace un par de veranos en el molino de mareas en Noja, la diferencia es que
aquí si me equivoco me meto una galleta en duro.
Cuando volvemos a pisar carretera el grupo se pone en fila,
nos queda una pequeña pero intensa subida para llegar hasta el parking donde
tenemos los coches.
Creo que esta todo dicho, aunque, si alguno quiere saber mas
que se apunte a la próxima, la ruta no os defraudara seguro, para poneros los
dientes largos os dejo unas fotos.
Ya solo me queda mandar un mensaje de apoyo y de animo a
esos txapeldunes que este próximo sábado lo van a dar todo en los 10.000 del
Soplao.
Salu2
El mendikletilla
3 comentarios:
espectaculares las fotos.Niebla y manga corta,a mi me encanta con niebla.Una pena,quizas para la proxima.
Tiene muy buena pinta, espero que se repita y poder estar, eso sí, con el vértigo que tengo lo de los pasos estrechos y caída a los lados me mola poco.
joer que binito, tiene pinta de que fue una gran salida,que way las fotos en la niebla , teneis que llevarme jejeje, que pena que no pudiera ir, tube problemas con mi aita y tube que llevarlo al hospital nada grave , el mismo dia a las 18 salimos,
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